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viernes, 31 de diciembre de 2010

LA ÚLTIMA FRONTERA CALIENTE DE LA GUERRA FRÍA


Hace escasos días se cumplió un mes del lanzamiento de una serie de misiles norcoreanos por parte del régimen de Pyongyang sobre la isla fronteriza de Yeongpyeong (situada en la frontera del mar Amarillo y cuyo territorio pertenece a Corea del Sur). Como consecuencia de tales ataques murieron cuatro civiles. El ataque fue repelido con disparos por las fuerzas surcoreanas, que desplazaron aviones de guerra a la zona. Desde entonces se están viviendo momentos de tensión diplomática casi a diario. 
Este constituye el último episodio protagonizado entre las dos Coreas en territorio fronterizo, el incidente más grave entre ambos países desde el fin de la guerra de Corea, desde que en 1953 se firmase el armisticio de Panmunjon, que fijaba el paralelo 38 como frontera entre ambos países.
            Durante 2010 la frontera entre ambas Coreas ha sido escenario de diversos conflictos. En el mes de marzo, un barco de guerra surcoreano se hundió en una zona muy cercana, causando la muerte de 46 tripulantes; Corea del Sur aseguró que este incidente fue provocado por un torpedo norcoreano, sin embargo Pyongyang lo negó. La posterior investigación internacional dio la razón a Seúl, que decidió romper las relaciones comerciales con Corea del Norte y Estados Unidos impuso una serie de sanciones contra el régimen de Pyongyang. En junio, Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron una serie de maniobras militares a gran escala en el Mar Amarillo, que Corea del Norte interpretó como una provocación. Como respuesta a estas acciones, en el mes de septiembre, Corea del Norte, lanzó un mensaje a la comunidad internacional: el líder norcoreano Kim Jong il nombró como sucesor a su hijo Kim Jong Un, preparando el camino para una continuidad del hermético  régimen comunista norcoreano. Apenas un mes después, militares de Corea del Norte dispararon cerca de la frontera contra agentes de Corea del Sur, sin que haya habido bajas.
            Todos estos acontecimientos han preparado el camino para el estallido del último conflicto entre ambos países: los ataques registrados el pasado mes de noviembre. Esta situación pone de manifiesto, una vez más que el armisticio de 1953 queda reducido a papel mojado a la hora de demostrar la fortaleza de ambos países en una frontera compartida.
           
Veamos los antecedentes de este conflicto y el porqué el paralelo 38 es considerada la última frontera caliente de la Guerra Fría:
La guerra de Corea (1950-1953)
La península de Corea cayó en manos de los japoneses en 1910, convirtiéndose así en una colonia sujeta a las órdenes de Tokio. Esta situación se prolonga hasta los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas soviéticas penetraron en la península coreana por el norte y las norteamericanas lo hicieron por el sur, estableciéndose en Seúl. Los límites para ambos contingentes se establecieron en el paralelo 38. Previamente no había existido una intención de dividir al país en dos zonas de influencia, tal como se estipuló en la Conferencia de El Cairo (1943) en la que se suponía la concesión de la independencia para la península de Corea.
Sin embargo la situación se decantaba cada vez más hacia una división del país. En el norte, los norteamericanos apoyan a SYNGMAN RHEE (de tendencias conservadoras), mientras que en el sur los soviéticos apoyaron a KIM IL SUNG (antiguo líder guerrillero comunista).
            En 1945 en la Conferencia de Moscú, los partidarios de Rhee no aceptaron una administración fiduciaria soviético-norteamericana, así como tampoco pactaron una retirada conjunta de tropas para 1947.
Así pues en 1945 el país quedó dividido por el paralelo 38. Con el estallido de la Guerra Fría la península coreana quedó configurada del siguiente modo: Corea del Norte, que en 1948 se estableció como una dictadura comunista dirigida por Kim il Sung (República Popular Democrática de Corea) y Corea del Sur, dónde quedó establecida una dictadura pro-norteamericana con Rhee a la cabeza (República de Corea del Sur).
A partir de entonces, y hasta 1950 la situación económica y política de ambos países era harto complicada: economías destrozadas, guerrillas comunistas en territorio del sur o continuos choques entre tropas de ambas repúblicas a lo largo del paralelo 38 durante 1949. Esta situación crítica, unida a la retirada de las tropas norteamericanas y soviéticas de territorio coreano, condujo al estallido bélico. Así el 25 de junio de 1950 las tropas norcoreanas iniciaron la invasión de Corea del Sur. Las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron triunfalmente hacia el sur. La reacción norteamericana no se hizo esperar, interviniendo por medio de las Naciones Unidas. Estados Unidos envió un ejército para frenar la agresión de Pyongyang, pero quedaron relegados al extremo sudeste de Corea y el régimen surcoreano apenas pudo mantener un pequeño territorio en torno a Pusan (el llamado “perímetro de Pusan).
La situación cambió tras el nombramiento de MacArthur como Comandante en jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas para la crisis coreana. Elaboró un arriesgado plan por el cual consiguió desabastecer las líneas norcoreanas, lo que produjo una inminente retirada de las tropas comunistas hacia Corea del Norte. Este hecho cambió el curso de la guerra. Los ejércitos aliados recuperaron rápidamente el territorio perdido y el 19 de octubre tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte. Ante el desarrollo de los acontecimientos, tomó parte la República Popular China (que había advertido a Estados Unidos que no admitiría una invasión de Corea del norte). Así el 16 de octubre, tropas chinas con apoyo militar soviético penetraron en Corea haciendo retroceder al ejército norteamericano. El 4 de enero de 1951, las tropas comunistas retomaron Seúl y en verano de ese mismo año los frentes se estabilizaron. En ese momento, MacArthur propuso el bombardeo nuclear del norte de China como solución para conseguir una clara victoria. El presidente norteamericano Truman, ante una posible reacción que podía desembocar en un enfrentamiento nuclear con la URSS, destituyó a MacArthu y lo sustituyó por el general Ridgway. La URSS por su parte manifestó su intención de no intervenir en el conflicto.
A partir de entonces, la guerra entró en una segunda fase, se convirtió en una guerra de posiciones y su evolución dependía de los encuentros de las delegaciones de EEUU y de Corea del Sur para pactar un armisticio. Al mismo tiempo que las conversaciones se prolongaban, la guerra era utilizada para influir en las continuas negociaciones. Las conversaciones se prolongaron durante dos años, y el 27 de julio de 1953 se firmó el Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación en torno al paralelo 38º.
En la actualidad la pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta "frontera de la guerra fría" haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI.


viernes, 17 de diciembre de 2010

CEUTA, MELILLA Y MARRUECOS

Recientemente estamos asistiendo a uno más de los numerosos pulsos lanzados por el Reino de Marruecos al estado español.
Tras los sucesos recientes acontecidos en El Aaium (capital del Sáhara Occidental), dónde efectivos del ejército marroquí han atacado un campamento de protesta instalado a las afueras de dicha ciudad y cuyo balance de víctimas se desconoce,  a lo largo de los últimos días hemos vuelto a presenciar nuevos signos de hostilidad del reino alauita hacia las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, volviendo a reivindicar, una vez más, la “marroquinidad” de ambas ciudades españolas. 
Sin embargo, existe un dato que no puede negarse y es la españolidad de Ceuta y Melilla, la cuál queda constatada por la Historia.

Hagamos un pequeño ejercicio de memoria:
Ceuta y Melilla, nunca han estado ligadas al Reino de Marruecos, ambas están bajo soberanía española desde hace varios siglos, mucho antes de que existiera Marruecos. Pero empezaremos por el principio.
Los fenicios, al mismo tiempo que sientan las bases en la Península Ibérica, crean dos ciudades comerciales en los actuales territorios ocupados por Ceuta y Melilla; posteriormente pasan a ser de dominio romano: Melilla en el año 46 d.C. con el nombre de Flavia y Ceuta en el 40 d.C. Septem Frates. Tras el hundimiento del Imperio Romano, fueron invadidas, al igual que Hispania, por los vándalos quedando bajo influencia visigoda. Melilla queda prácticamente destrozada, mientras que Ceuta se convierte en una plaza estratégica fundamental en la zona del Estrecho de Gibraltar.
            A lo largo del medievo ambas ciudades corren diferente suerte: Ceuta por su parte, es reivindicada por los califas peninsulares como parte del territorio ibérico, cayendo bajo dominio del Califato de Córdoba (S. X), de las taifas de Málaga y Murcia (Ss. XI-XIII) y del Reino nazarí de Granada (S. XIV). Las disputas y guerras posteriores por el control del Mediterráneo oriental concluirán con la ocupación de la plaza por los portugueses en 1415.
            Melilla, por su parte, renacerá y se convertirá en una ciudad próspera, formando parte del Califato de Córdoba, sin embargo tras la descomposición de este, Melilla quedó totalmente asolada y serán los castellanos quienes reactiven la ciudad. La conquista por tropas castellanas se produjo en 1497, bajo la empresa de Juan Alonso de Guzmán (tercer duque de Medina Sidonia).  Desde entonces, la Corona española nunca abandonará el territorio melillense.
            Ceuta, por su parte, caerá en manos portuguesas permaneciendo bajo su domunio, incluso  cuando el Reino de Portugal se incorpore a la monarquía hispánica en 1580. Cuando Portugal se separa de la corona española (1640), la ciudad de Ceuta toma una decisión trascendental para su futuro: deciden seguir bajo soberanía española, y de este modo en 1.668 según el Tratado de Paz y Amistad se reconoció por parte de Portugal la españolidad de Ceuta.
            Desde entonces ambas ciudades han estado bajo el hostigamiento de los diferentes poderes que se han ido sucediendo en el norte de África, pero ninguno ha podido hacerse con el dominio de sendas ciudades.
            En 1860 el sultán de Marruecos, por medio del Tratado de Was-Ras reconocerá la españolidad de Ceuta Y Melilla, fijándose las fronteras entre el territorio marroquí y las ciudades españolas. Los primeros años del siglo XX fueron críticos para Melilla tras el estallido de la Guerra de Marruecos y los desastres del Barranco del Lobo (1909) y de Annual (1921), que hicieron peligrar la soberanía española de la ciudad.
            En pleno siglo XX Y Tras la obtención de su independencia (1956) Marruecos ha acentuado la presión sobre los territorios españoles en el norte de África, reivindicándolos como parte integrante de su territorio.
Sin embargo, una vez conocidos los hechos estamos en condiciones de afirmar que Ceuta y Melilla son españolas porque a lo largo de su larga Historia han permanecido vinculadas a nuestro país, y no a Marruecos; no han sido colonias, sino enclaves españoles.

Entonces cabe preguntarse: ¿Qué derechos históricos tiene Marruecos sobre las ciudades de Ceuta y Melilla?



jueves, 9 de diciembre de 2010

REFLEXIÓN:

Ser hombre es ser libre. El sentido de la historia es que nos convirtamos realmente en hombres.

domingo, 28 de noviembre de 2010

EL MOVIMIENTO DEL TEA PARTY


Ningún gobierno puede sostenerse sin el principio del temor así como del deber. Los hombres buenos obedecerán a este último, pero los malos solamente al primero. (Thomas Jefferson).

A lo largo de lo últimos meses en territorio estadounidense se ha difundido un movimiento político de carácter conservador denominado Tea Party, que ha cobrado una enorme importancia tras la celebración de las recientes elecciones legislativas.

En primer lugar vamos a realizar un acercamiento a este fenómeno político: ¿cuáles son los orígenes y principios que persigue el Tea Party?.
Este movimiento político toma su nombre del llamado Motín del Té, revuelta que tuvo lugar el 16 de diciembre de 1773 en las colonias inglesas de Norteamérica, como respuesta al pago abusivo de impuestos a la metrópoli; los colonos ingleses, como medida de protesta, en Boston, incendiaron y arrojaron al mar un cargamento de té británico altamente grabado. Como represalia, Inglaterra cerró el puerto de Boston; los colonos norteamericanos decidieron romper las relaciones con los británicos, organizándose para la Guerra de la Independencia, que estallaría después.

Tras esta leve incursión histórica, pasemos a ver cuáles son los principios a los que apela el Tea Party. Este movimiento busca el retorno a los orígenes filosófico-constitucionales de los Estados Unidos. Intentan mantener el sistema político tal y como lo concebían los padres fundadores de la nueva nación: un Estado limitado a la vez que una sociedad regida por valores morales tradicionales (constitucionalismo, humanismo, defensa de la religión o de la familia).
El movimiento comenzó a formase debido de la inconformidad y las protestas en contra de los impuestos, el plan de salvataje bancario y el gasto público interno y externo, que empezaron a darse en torno a las elecciones de 2008. Los simpatizantes de este movimiento tienen como elementos comunes la defensa de los recortes de impuestos, una escasa intervención estatal y la austeridad en el gasto, así pues rechazan la política del actual presidente de Barack Obama, por considerar que puede desnaturalizar el sistema económico estadounidense, basado en el libre mercado.
El Tea Party ha irrumpido con fuerza en las elecciones legislativas de este año con sus fuertes críticas hacia lo que consideran un gasto desmesurado del Gobierno de Obama, y a la intervención gubernamental en sectores como la economía y la sanidad. Ha logrado abrirse un hueco en el Congreso de EEUU en las elecciones legislativos del pasado dos de noviembre obteniendo un gran empuje, ganando escaños con figuras como Rand Paul y Marco Rubio dos de los representantes estrella del movimiento.

Por todo ello, el Tea Party no es un fenómeno pasajero. Para observarlo no hay más que acercarse a los resultados electorales recientemente cosechados.
En nuestro país un determinado sector social ve con cierto anhelo la aparición de este fenómeno estadounidense, y no puede sino preguntarse si es posible una inminente aparición de un Tea Party a la española. Casi con toda seguridad la respuesta sea negativa, dado que en nuestro país carecemos de esa fuerza y participación popular que ha caracterizado al pueblo americano desde sus orígenes.
Sea como fuere, la verdad es que este movimiento está abriéndose paso en la sociedad estadounidense y sin lugar a dudas dará mucho que hablar. 



martes, 7 de septiembre de 2010

Una obra clave: Archipiélago Gulag

Unos seguían esperando un final favorable y temían echarlo a perder con un grito (téngase en cuenta que no nos llegaban noticias del mundo exterior, no sabíamos que desde el instante mismo de la detención nuestro destino ya nos deparaba lo peor, o casi lo peor, y que era imposible empeorarlo). Otros aún no habían madurado y no sabían cómo exponerlo todo en un grito dirigido a la multitud. Ya se sabe, sólo los revolucionarios tienen siempre a punto consignas que lanzar a la multitud. ¿De dónde habría de sacarlas el hombre pacífico, el hombre común que nunca se ha metido en nada? Sencillamente, no sabe qué podría gritar. Y al final, había aquellas personas que tenían el alma demasiado llena, cuyos ojos habían visto demasiado para poder verter todo este torrente en unos poco gritos incoherentes.

Pero yo, yo me callé además por otro motivo: porque estos moscovitas apiñados en los peldaños de las dos escaleras mecánicas eran pocos para mí, muy pocos. Aquí mi clamor lo oirían doscientas personas, o el doble, ¿y qué pasa con los doscientos millones restantes? Presentía vagamente que un día podría gritar a los doscientos millones...

Pero de momento no abrí la boca, y la escalera me arrastró irremisiblemente hacia el infierno.
 
ARCHIPIÉLAGO GULAG, de Alexander SOLZHENITSYN
Aquellos que no estudian su historia estan condenados a repetirla.