El Pronunciamiento de Riego, fue un “golpe de
estado” militar, llevado a cabo por el comandante Rafael de Riego el 1 de enero de
1820 en Cabezas de San
Juan (Sevilla), El pronunciamiento surgió entre los oficiales de
las tropas destinadas a luchar contra la sublevación americana, debido a la
existencia de un gran malestar en el ejército a finales de 1819, por la
exclusión de los liberales del gobierno, unido a la filiación de Riego a la
masonería, que contribuyó a su posterior éxito. Tras la emisión de una proclama se produjo el restablecimiento de las
autoridades constitucionales.
"
Las órdenes de un rey ingrato que asfixiaba a su pueblo con onerosos
impuestos , intentaba además llevar a miles de jóvenes a una guerra
estéril , sumiendo en la miseria y en el luto a sus familias. Ante esta
situación he resuelto negar obediencia a esa inicua orden y declarar la
constitución de 1812 como válida para salvar la Patria y para apaciguar a
nuestros hermanos de América y hacer felices a nuestros compatriotas. ¡Viva la
Constitución!"
Con este levantamiento,
termina la primera etapa del reinado de Fernando VII, el Sexenio
Absolutista: 1814-1820, y se establece un gobierno de carácter liberal, el
denominado Trienio Liberal: 1820-1823.
Este pronunciamiento supuso
la imposición del liberalismo español al régimen absolutista impuesto por
Fernando VII, el rey felón . Los liberales ejercieron el poder según
lo establecido en las Cortes de Cádiz, desarrollando mediante leyes y
decretos la constitución liberal de 1812, aplicando por primera vez en la
práctica las ideas de los liberales de Cádiz y adquiriendo la Constitución, por
primera vez, significado práctico en el Estado Español.
El generalizado malestar
social y económico por el mal gobierno de Fernando VII alcanzaba también
al ejército. Los liberales, no eran partidarios de una revolución, pero se
mostraban en desacuerdo con la política llevada a cabo por el monarca.
El ejército expedicionario
se hallaba reunido en Cádiz con objeto de combatir el levantamiento
independentista de Ultramar. La moral de la tropa era baja , tanto por la
forma de reclutamiento , como por las noticias que llegaban de las colonias;
además este ambiente era fomentado por la masonería que veía en el ejército
expedicionario el instrumento ideal para protagonizar un levantamiento con
probabilidades de éxito .
El 3 de enero el coronel Antonio
Quiroga , superior de
Riego, designado para encabezar el movimiento, tomaba San Fernando y se
disponía a entrar en Cádiz, el objetivo más importante. El retraso en hacerlo y
la resistencia encontrada en la Cortadura bastaron para estropear los planes
e impedir que pudiesen entrar en la ciudad hasta el 15 de marzo en que se
proclamó la Constitución.
El gobierno publicó el
4 de marzo el decreto del día 3, reconociendo el malestar y las
dificultades económicas y sociales del país, justificando el que no se hubieran
llevado a cabo las reformas previstas y se proclamaba la
intención de realizarlas. El 6 de marzo se publicó otro decreto, mandando
celebrar Cortes y a éste seguía otro más el del día 7 de
marzo, en el que el Rey se decidía a jurar la Constitución de 1812 y convocar
cortes con arreglo a ella.
El 8 de marzo se
conoció en Madrid el decreto, el júbilo y la fiesta se apoderaron de la calle .
El 9, los manifestantes se dirigieron al Palacio con la intención de exigir al
Rey el cumplimiento del decreto. Fernando VII, temeroso tal vez de ver en
peligro la Corona y su vida, juró la Constitución y creó una Junta Provisional.
El 9 de marzo de 1820 Fernando VII fue obligado a aceptar oficialmente el
triunfo de la revolución al tener que jurar la Constitución y a nombrar una
Junta.
En el verano de 1820, Riego
viaja a Madrid como caudillo popular, agasajado por todas partes y apoyado por
las Sociedades Patrióticas, como el Café Lorenzini, la Cruz de Malta o La
Fontana de Oro, auténticos círculos de poder político paralelos e
incontrolados.
Emocionado llega a cantar
durante un homenaje en el teatro Príncipe de Madrid el “Trágala” versión
política de la zafia y feroz copla gaditada. ”...Trágala,
trágala, la Constitución...” .
A partir de entonces se produce la división del liberalismo
español: exaltados y moderados se enfrentan entre sí, mientras los
absolutistas conspiran. La necesidad de encauzar una revolución ordenada
produjo un ensayo político llevado a cabo entre diciembre de 1821 a julio de
1822; se pretendía gobernar, con un moderantismo que conjugue lo liberal con el
sustrato socioeconómico de la nación. Este intento caerá victima de las
tensiones externas, condenando al fracaso al liberalismo por romper las
posibilidades de armonizar una expansión política práctica.
Una fecha clave
en el Trienio Liberal es la contrarrevolución del 7 de julio de 1822, en la que
la guardia real se rebela desde el Pardo realizando un asalto contra la corte,
siendo rechazada por la milicia nacional. Esta fecha separa los gobiernos moderados
de los exaltados, ya que provocó la caída de los primeros, dando paso el 6 de
agosto de 1822 al gabinete de Evaristo San Miguel. Los exaltados se encargaron
de atacar a las partidas realistas, no vacilando en utilizar todos los medios
para liquidar la resistencia armada; para los absolutistas, el fracaso del 7 de
julio les obligó a recurrir a la invasión extranjera. El 15 de agosto de 1822,
el absolutismo forma la llamada Regencia de Urgel, con el marqués de
Mataflorida y el barón de Eroles. La política tributaria, agravada con los
problemas agrarios del Trienio, empujaron a amplios sectores campesinos hacia
la actividad contrarrevolucionaria.
En 1823, Fernando VII, en sus aspiraciones de monarca
absolutista y ante los acontecimientos, recurre a la Santa Alianza y los
Cien Hijos De San Luis, que atraviesan la frontera al mando del duque de Angulema el 7 de abril de 1823, produciéndose una invasión del país y la posterior derrota de los
liberales.
Riego es capturado y apresado y tras un simulacro de
proceso es condenado a morir en la horca en Madrid. La sentencia ordenaba que
Riego fuese conducido hasta el lugar de su ejecución (Plaza de la Cebada)
arrastrado en un serón por un burro por las calles de Madrid. Así, el 7 de
noviembre de 1823, entre gritos e insultos fue colgado y posteriormente
descuartizado por orden del rey, el mismo que de forma inmediata derogó la
Constitución de Cádiz y retornó al absolutismo (1823-1833).
Proclama del himno de Riego