En el presente año 2012 se
conmemora uno de los acontecimientos históricos claves para la configuración de
nuestro país: la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), lo que supondrá el
inicio del declive definitivo del dominio musulmán sobre la Península Ibérica.
La batalla comenzó el 16 de julio de 1212, hace exactamente 800 años,
cuando dos ejércitos de dimensiones desconocidas en el contexto de la
Reconquista, se enfrentaron en las Navas de Tolosa. Las cifras son dispares y
las crónicas antiguas han exagerado el numero de efectivos, se habla de 100.000
musulmanes, frente a unos 70.000 cristianos, aunque lo que parece claro es que
los combatientes musulmanes superaban en número a los cristianos.
El contexto de la Batalla
estuvo marcado por la derrota sufrida en 1195 en Alarcos (Ciudad Real) por las
fuerzas cristianas de Alfonso VIII de Castilla, y el consiguiente deseo de
recuperar el territorio perdido. Con este objetivo, los reinos de Navarra y
Aragón se unieron al esfuerzo de Alfonso VIII de Castilla por convertir la
Batalla en una auténtica cruzada que supusiera el retroceso definitivo de la
presencia musulmana en la Península.
En cuanto a los efectivos,
por una parte, el ejército cristiano estaba integrado por contendientes
de los Reinos de Castilla (con Alfonso VIII a la cabeza), Navarra (con
Sancho VII) y Aragón (con Pedro II), a
los que se unirían caballeros leoneses, tropas de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, San Lázaro,
Temple y San Juan (Malta), y un gran número de guerreros franceses (atraídos
por la llamada del Papa Inocencio III). Por otra parte, se encontraban las fuerzas
almohades encabezadas por el Califa Muhammad An-Nasir, conocido como Miramamolín por los cristianos,
integradas por elementos muy diversos: la infantería bereber del Alto Atlas,
infantes voluntarios de Al-Andalus, mercenarios turcos, la llamada Guardia
Negra (integrada por soldados-esclavos procedentes del Senegal)
La batalla se desarrolló en
un espacio cercano a la actual localidad de Santa Elena (Jaén). A pesar de la inferioridad numérica de la formación
cristiana, la excelente estrategia de posicionamiento y el empuje durante la
contienda de las tropas comandadas por los reyes españoles condujeron a una
contundente victoria de los ejércitos cristianos. Los
prisioneros árabes reclutados fueron llevados a construir la fortaleza de
Calatrava la Nueva.
Tras la victoria en las
Navas, la Reconquista tomó un nuevo impulso y Alfonso VIII conquistó Navas,
Vilches y Baño, Baeza y Úbeda... El empuje cristiano fue ya imparable. Se un significativo avance
significativo de los reinos cristianos, que conquistaron numerosos territorios
del sur bajo poder musulmán. En concreto, Jaime I reconquista Valencia y
Baleares; el infante Alfonso (X), Murcia; y el Rey de Castilla, Fernando III,
pudo poco después reconquistar Jaén, Sevilla y Córdoba.
Así pues,
con el resultado de las Navas de Tolosa, continuado en 1340 con la victoria de
Castilla en la Batalla del Salado (con Alfonso XI), se puso fin a la hegemonía musulmana en la
Península Ibérica, que entra en su declive definitivo, concluyendo con la toma
de Granada en 1492, a manos de los Reyes Católicos.
Pendón arrebatado a los árabes en la batalla de las Navas de Tolosa y
custodiado en el Monasterio de las Huelgas Reales. Es el mejor tapiz almohade
que se conserva.
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